Se ha constatado un progresivo descenso de la
condición física de los escolares, especialmente de su capacidad
cardiorrespiratoria, donde los escolares de nuestro país destacan por niveles
más bajos que niños de otros países, de modo que una de cada cuatro niñas y uno
de cada diez niños tenían un mayor riesgo cardiovascular futuro. En nuestro
país un poco más del 10% de los niños menores de 6 años son obesos, lo que es consecuencia
de una mala alimentación pero también del sedentarismo. Por eso es vital que
desde la infancia los padres estimulen la actividad física, ya que permitirán
que los niños crezcan sanos desde el punto de vista físico, mental y emocional.
Ante esta situación, durante los últimos años
están llevándose a cabo iniciativas de distinto tipo y alcance para promover
entre niños y jóvenes la práctica de actividad física y la adopción de estilos
de vida activos. Sin embargo, se carece de un registro sistemático y periódico
de información relativa que permita monitorizar a lo largo del tiempo los
cambios en los hábitos de actividad física y en la condición física de esta
población.
La finalidad de este programa es la
colaboración del centro escolar en la aplicación de test concretos para la
medición de la condición física y los hábitos saludables de los escolares y
poder valorar el impacto que los proyectos escolares saludables pueden tener.
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